domingo, 1 de febrero de 2015

Especialidad de Comunicación ¿Es suficiente con la teoría? ¿Es suficiente con la práctica?

En comunicación social, así como en muchas otras disciplinas existe la necesidad de contar con un amplio componente teórico, que suele ser una especie de caja de herramientas que permite superar ciertas situaciones problemáticas a partir de la sistematización de conocimientos previos sobre determinados temas. Eso es cierto, pero no alcanza para el desempeño óptimo de la especialidad.

También es cierto que la experiencia, el conocimiento que se acumuló de forma empírica es bastante importante en el momento de superar con éxito los diferentes desafíos por los que atravesamos como especialistas en comunicación en todas sus variables. Pero la experiencia por sí misma, tampoco es suficiente.

Me ha tocado conocer profesionales cuya principal fortaleza radica en el predominio de uno de estos aspectos: mucho componente práctico y escaso conocimiento teórico, o un gran bagaje teórico sin mucha experimentación previa.

En una organización, tuve la oportunidad de conocer a una profesional en las relaciones comunitarias, que es una experta en el contacto con las poblaciones: identificando necesidades de primera mano, contactando organizaciones sociales, organizando programas educativos, etc. Pero que sin embargo, no estaba al día en cuanto a lo último que se trabaja en términos de responsabilidad social, economía solidaria, etc. conocimientos que le permitirían mayor éxito en la gestión social de la empresa para la que trabaja.

También me ha tocado conocer, a contrario sensu, supuestos especialistas en temas sociales quienes ostentan diplomados, másteres y maestrías; y que sin embargo les es casi imposible ubicarse en las periferias de Lima; precisamente allí donde se hace trascendente el trabajo de relacionamiento social.

Volviendo al plano de las comunicaciones, su estudio y praxis, ¿es suficiente con ser un especialista extremo en reputación, sin siquiera haber atravesado una coyuntura de crisis organizacional? Al revés, ¿se puede mirar más allá en el desarrollo de alternativas de solución basado solamente en la propia experiencia?

Ambas situaciones son dos caras de una misma moneda que deben y tienen que confrontarse con el crecimiento, tanto de una adecuada preparación teórica, así como rica experiencia profesional (e incluso no profesional).

  • Su importancia en los procesos de selección

Lo que hace diferente a un profesional respecto del resto, es su capacidad para resolver problemas con éxito. Las organizaciones están a la caza de ejecutores con las competencias necesarias para trabajar en un ambiente cargado de incertidumbre y con la presión de tener resultados pronto. Ese es el contexto de la gestión moderna de las comunicaciones corporativas.

Por eso es necesario enfocar nuestros esfuerzos en la construcción de perfiles profesionales que no descuiden tanto las herramientas teóricas y conceptuales, como la riqueza de la experiencia práctica. Ambos son pilares que nos diferencian de la competencia.

También hay que decir que la experiencia no solo debe ser profesional. La experiencia de vida en la ciencias sociales y en comunicación es fundamental durante el proceso de toma de decisiones y gestión, y esto es un componente más que juega a favor de nuestro desempeño.

Finalmente nuestro trabajo y cómo alcanzamos nuestros objetivos, es la suma constante de todo el equipaje que tenemos a nuestra disposición y que estamos dispuestos a utilizar diariamente, y no solo en nuestro trabajo.

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